Prohibido prohibir

“Los humanos son producto de la  identidad, Pues en esto los ha convertido el sistema”.

¿Qué es el sistema si no un montón de conocimiento manipulado? Un montón de información tergiversada para el beneficio de unos pocos, donde nos meten los dedos a la boca jactándose de poseer las mejores intenciones para el pueblo, mientras, bajo la manga, tienen las mejores intenciones, ¡Claro! Pero en pro de su beneficio.

Mientras hay personas, algunas inocentes, muriendo de hambre en las cárceles, nuestros gobernantes corruptos disfrutan de las más altas comodidades en hosterías costosas de alta lujuria, pese a que son delincuentes, son ¡LADRONES!

¿Y qué hacemos? ¡NADA!

De nuevo agachamos la cabeza ante estos perros deseosos del dinero que no temen quitarle de la boca el pan a millones de familias que día a día buscan levantarse, sobrevivir en esta selva llena de espejismos y apariencias. Tantos impuestos tantas promesas tanto bla, bla, bla, Para que continúen saliendo con nada.

¿Donde está la educación para todos?

Como pueden pretender que se tome como medida el aumento del costo en matrículas para las universidades públicas, que se supone son para el pueblo, como medida de auxilio económico para el país que supuestamente no tiene con que financiar nuestra educación, mientras nuestros funcionarios se ganan unos salarios descomunales y a veces se llenan los bolsillos con la plata que debería ser invertida en cosas públicas.

¿El auxilio es para el país o para ustedes?

Con todos y estos hechos que la sociedad no ve, tienen el descaro de criticar nuestras marchas; sabemos que nos tachan de vándalos por unos cuantos, estigmatizan las malas acciones de algunos ciudadanos que están errando en su forma de hacer revolución y hacerse escuchar;  pero ¿acaso no ven lo que todo el cuerpo estudiantil demanda, todo lo que nosotros, la sociedad reclamamos?  O quieren solo mostrar lo que les conviene para no efectuar el verdadero propósito que debe tener el gobierno de un país. La educación es una base fundamental en cualquier sociedad, y si este gobierno pretende hacer proyectos educativos, debe empezar a crear procesos, no buscar cambiar a la población a la fuerza, pues ante la opresión respondemos con la revolución.

No concibo que la voz de la juventud, el futuro de este país sea silenciada; y es que silenciar no es solo reprimirla, silenciarla es ignorarla, es dejarla pasar. Pero lo que más me duele como ciudadana es ver la propia ignorancia que muchos tienen como costumbre.  Donde la opinión de una simple estudiante es reprimida por ser diferente.

¿Que tiene de malo pensar diferente? ¿Es acaso un delito tener una conciencia a la cual esta sociedad  no esté acostumbrada?

Pues bien, al parecer si lo es, porque hoy en día amenazan a nuestros voceros,  aquellos que tienen las agallas para no callarse, para no mentirle al pueblo, para gritar todo lo que los medios de comunicación tapan con adornos y falsos discursos. No concibo esto de manera alguna, menos en un país tan cuadriculado donde se comparte el concepto de que el desarrollo está asociado más al cemento, a los cambios urbanos, que a la educación. ¿Cómo es esto posible? Si la educación son los principios de una humanidad en la cual el progreso sea insignia.

Generemos conciencia creamos en nuestros derechos hagámoslos  valer; que sirva de algo nuestra voz, nuestro voto. Si cien veces hay que salir a marchar, cien veces lo haremos, hasta que nuestras opiniones sean valoradas, sean escuchadas. Queda prohibido rendirnos, somos un pueblo somos más, no nos dejemos atemorizar por aquellos hombres de traje verde y mirada perdida, gritemos lo que sentimos, digamos lo que pensamos, creamos en nosotros, tengamos seguridad.

Unámonos en una sola causa, y si no, tengan por seguro que al menos mi voz no la van a poder callar.

* Sara López es estudiante de grado once de un colegio público de Medellín.