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Para nadie es un secreto la violencia en el fútbol. Para nadie es un secreto que la violencia en el fútbol siempre va a ser culpa de los hinchas. Pero para todos es un secreto que esa violencia de la que tanto hablan los medios de comunicación, es causada por los mismos medios de comunicación. O al menos por la comunicación y el mismo lenguaje del fútbol. Eso ya lo dijo un señor llamado William Díaz Evans en su tesis de grado, pero yo acá quiero resaltar que rematar y acribillar son palabras que en el famoso “Deporte más bonito del mundo” no me cuadran aún.
Y empiezo así, no para pedir el cambio en el vocabulario del fútbol, sino para pedirle moderación a todos esos que se encargan de llevarle a la masa todo lo que es este deporte.
El domingo, luego de la euforia que viví por ver a Nacional campeón por undécima vez el pasado sábado, me propuse la tarea de darle un vistazo a todos los programas deportivos que me ofrecían los canales de mi servicio de cable. Cabe aclarar que no los ví en el semestre porque la manera en que tratan a los equipos me parece indecorosa y hasta poco digna de un periodista deportivo, cosa que acá en Colombia se limita al fútbol, y todos se creen el más y sus opiniones son tan parcializadas, como si a mí me preguntaras quién gana en un Nacional Vs. Medellín.
E hice la tarea, hacer el recorrido de dos horas y media de puro “análisis” futbolístico, donde en cada canal me ofrecieron las opiniones más acertadas. Al final, un mal sabor en la boca. Agrio. Porque de esas opiniones pocas fueron acertadas, y pasé a ver cómo aparte de lamer las suelas del equipo ganador, del que habían blasfemado todo lo que quisieron durante todo el partido, en uno de los programas casi se van a los golpes los panelistas.
El fútbol es un deporte que a todos nos trae orgullo, eso es claro. Sin importar el color del que te vistas vas a respetar al otro para que él te respete a vos, de manera sana. En el fútbol hay insultos (puteadas en idioma futbolístico) para el otro equipo, pero no pueden pasar de ser simples cosas verbales que se dan entre los hinchas, para ponerle un poquito de picante al encuentro. Pero no, oígase bien, ese tipo de lenguaje no se puede escuchar, ni ver, ni siquiera insinuar en los medios de comunicación.
Gente, Pasión y Fútbol es el programa que hace Canal UNE. Lo vi sólo un par de veces en el semestre porque sinceramente no me parecen ni acertados, ni me ofrecen credibilidad, y mucho menos me siento respetado por el señor que se para al frente de la cámara a hablar del deporte. Y ayer pude comprobar que era que no respetaban al televidente, porque entre los mismos panelistas no se respetan.
Un programa que exige a las personas que participan en las redes sociales respeto, debe tratar de velar por ese respeto en su set. Ayer, día en el que se analizaba la final del fútbol colombiano, no se vio, porque los señores Hugo Gallego y Hugo Castaño casi se van a los golpes por una disputa entre egos encontrados, porque no fueron ofensas de carácter deportivo, puteadas, de esas que nombré arriba. Fueron cosas personales que sacaron a relucir los sentimientos que se tenían y las heridas que causaron el uno en el otro. Y así como los panelistas, el encargado de velar por el orden del programa, Mauricio González, entró a los gritos a tratar de mediar en una pelea que no tenía ni ton ni son. Al final el programa fue un sitio donde nadie habló, porque entre todos se pisaron tanto los egos que ninguno quiso seguir hablando para no herir a los que venían heridos porque Nacional quedó campeón del torneo, y a ellos no les pareció y nunca les va a parecer que el equipo verde gane algo. El único que se sentó con frialdad y mostró su posición, saliéndose de lo personal y con un análisis serio, fue Juan José Pelaez. Caballero, respetuoso, que sin importar sus gustos o disgustos por algún equipo, siempre busca el comentario acertado ejerciendo periodismo imparcial, que es lo que esperamos en una figura que se para frente al televisor a hablarnos de todo, óigalo bien, todo un torneo con 18 equipos en disputa.
A Rafagol y su grupo de señores lo puse un rato, y no quise seguir viéndolo porque venía ya cansado de ver a gente lamer suelas y tratar de encontrar errores donde no los había. Tuvieron que recurrir al insulto a un compañero de trabajo para mostrar su odio; así que aparte de ver a varios señores subirse al bus de la victoria, como ocurre con los periodistas parcializados, que son la inmensa mayoría de los que habitan en los medios, seguí con mi rabia por ver lo que vi en el Canal UNE.
De la Telepolémica ni hablar, es el programa que más disfruto, por lo pintoresco que me parece: medios bogotanos alimentando el regionalismo y el odio para con otros equipos que no sean Millonarios, Santa Fe o Equidad. Tanto que tuvieron que dedicarle un programa entero a Racing Club. De la final hablaron dos minutos.
Seguí mi recorrido con el sinsabor de ver a hombres que se dicen sabios del fútbol, que se paran con una tabla llena de datos que consultaron en Internet a dar estadísticas, y que a la hora de la verdad fomentan violencia. ¿por qué? Porque lastimosamente en Colombia todos vemos televisión, y lastimosamente entre los que vemos televisión, muchos imitamos lo que vemos en ella. Ver a unos señores que hablan de fútbol casi a los golpes, uno sobre el otro, y a un moderador que entra más iracundo aún a tratar de calmarlos, es una muestra de que si queremos que en los estadios no haya violencia, tenemos que empezar a culturizar a nuestros presentadores de TV.
Me duele tener que decirlo, pero deberían acabar uno a uno esos programas deportivos que quieren imitar a sus similares argentinos, pero que les faltan muchos huevos para ser como esos periodistas que tanto admiran. Y además, si quieren que la gente los respete y no les diga cosas en sus comentarios, deben empezar por hacer eso que llaman “imparcialidad”, y no sentarse a blasfemar de uno y otro equipo, o incluso de sus mismos compañeros, para evitar que la gente vaya a fútbol a desahogar su rabia con el que lleva la camiseta del equipo contrario.
A los hinchas de Nacional: felicitaciones y gracias por estar siempre alentando al equipo. A los periodistas: vuélvanse serios. Al o: respete hermano que no todos en la hinchada son borrachos, y que su caricaturita fue una cosa de mal gusto, que antes que hacer una burla sana, fue un irrespeto para los que celebramos el triunfo verdolaga con un abrazo, un beso y tres lágrimas derramadas por ver a nuestro equipo campeón nuevamente.
